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New UC study estimates costs for growing strawberries on the Central Coast
A new study that can help growers and other readers estimate costs and potential returns for growing strawberries on California's Central Coast was recently released by UC Agriculture and Natural Resources, UC Cooperative Extension and the UC Davis Department of Agricultural and Resource Economics.
“This study provides growers with a baseline to estimate their own costs, which can help when applying for production loans, projecting labor costs, securing market arrangements, or understanding costs associated with water and nutrient management and regulatory programs,” said Brittney Goodrich, UC Cooperative Extension specialist and study co-author.
The cost study models a management scenario for a 50-acre farm, 45 acres of which are planted to strawberries, located in Santa Cruz, Monterey or San Benito counties. The remaining acres are for the irrigation system, roads and buildings. The study describes the cultural practices used in strawberry production and harvest, including land preparation, soil fertility and pest management, irrigation and labor needs.
The 19-page study shows costs for each operation, material inputs and costs, and cash and non-cash overhead costs in a variety of formats for one production and harvest cycle. A ranging analysis is also included and shows potential profits or losses over a range of prices and yields.
The new study, titled “2024 Sample Costs to Produce and Harvest Strawberries” can be downloaded from the UC Davis Department of Agricultural and Resource Economics website at https://coststudies.ucdavis.edu.
For a detailed explanation of the assumptions and calculations used to estimate the costs and potential returns for each crop, readers can refer to the narrative portion of each study.
For more information, contact Mark Bolda, University of California Cooperative Extension farm advisor, at mpbolda@ucanr.edu, or Jeremy Murdock in the Department of Agricultural and Resource Economics at jmmurdock@ucdavis.edu.
Sample cost of production studies for many other commodities grown in California are also available at https://coststudies.ucdavis.edu.
REC System Director Haver encourages systemic approach to agriculture
Agriculture generates $59 billion and employs nearly 400,000 individuals in California. The industry, however, is often threatened by challenges like climate change, land conversion and water scarcity. Motivated to act, Sustain Southern California – an organization associated with UC Irvine Beall Applied Innovation – hosted a roundtable discussion on Feb. 20 featuring subject matter experts including Darren Haver, director of UC Agriculture and Natural Resources' Research and Extension Center System.
During his keynote address, Jose Arriaga, Orange County Agricultural Commissioner, defined sustainability as food and fiber production that does not compromise the ability for future generations to meet their needs. In doing so, he acknowledged the benefit of discussing such timely topics with key players, especially for places where agriculture is not as prevalent as it used to be.
“Many people don't think of Orange County as a place for agriculture. It's probably because less land is being reserved for agriculture, not like back in the day. And that worries me,” said Arriaga.
The first roundtable discussion centered on sustainable agriculture, with Haver participating alongside other industry leaders based in Southern California, including A.G. Kawamura of Orange County Produce, Steve Brazeel of Sunterra Produce and Elevated Foods, Anthony Curci of Buttonwood Ranch and Parker Cohn from Performance Resource Management.
In discussing today's generation, Haver said that he has seen a shift over the last few decades away from yield alone, which used to be the most important aspect of production in agriculture. Today, much more attention is dedicated to sustainability – a change that Haver attributes to the younger generation of researchers and plant scientists working in agriculture.
There has also been an emphasis on sustaining the environment while maintaining economic progress. Haver recognized these important elements, but highlighted the social impact of sustainability, too.
“I don't have all the answers, but I do believe that addressing the environmental, economic and social aspects of agriculture is important. I also think that these factors should be addressed systemically rather than in silos,” said Haver.
Southern California agricultural producers, in particular, are responsible for $7.8 billion in gross receipts and nearly 100,000 jobs directly related to agriculture. In Orange County alone, where Haver is based at the South Coast Research and Extension Center, agriculture makes up $86 million of total economic output, with nurseries leading as a top commodity followed by fruit trees, vegetable production and livestock and apiary.
Asesora de UCCE orienta y aprende al mismo tiempo sobre el sistema de ordeño robotizado
Los sistemas de ordeño automatizados se usan cada vez más en California en respuesta a problemas laborales
La escasez de mano de obra de calidad y las crecientes regulaciones en torno a la producción de leche, obligó a Fred Rau, una lechería del condado de Fresno, a dar el salto hace algunos años al uso de un sistema de ordeño automatizado.
Años después de que la familia propietaria de la lechería visitara varias instalaciones lecheras en Estados Unidos que usaban el sistema de ordeño automatizado (AMS, por sus siglas en inglés), instalaron sus primeros seis robots en noviembre del 2021. Para el 2022, contaban ya con 24 robots, divididos entre dos recién construidos establos de "estabulación libre" en los que las vacas acuden libremente a las máquinas de ordeño.
Shonda Reid, tercera generación de la lechería Fred Rau, recuerda que cuando vio por primera vez un robot de ordeño hace 13 años, inmediatamente reconoció que esa tecnología representaba el futuro. A su padre, sin embargo, le costó un poco más convencerlo.
“Vine a casa y se lo mostré y dije, ‘esto es lo que necesitamos hacer'. ¡Y él pensó que estaba bromeando!”, expresó Reid, gerente de la lechería y granja Fred Rau Dairy, la cual cuenta con 1,400 vacas lecheras en el condado de Fresno.
Debido a que la lechería Fred Rau fue una de las primeras en California en implementar el AMS a ese nivel, Reid y su equipo han sido instrumentales en incrementar sus conocimientos prácticos sobre estos sistemas. También han sido un socio valioso para Daniela Bruno, asesora de lecherías de Extensión Cooperativa de la Universidad de California para los condados de Fresno, Madera y King.
“Los robots de ordeño automatizado no son una tecnología nueva, pero es nueva para California”, manifestó Bruno, destacando que los robots para ordeño fueron usados primero en pequeñas granjas lecheras familiares en Europa, en donde la tecnología les ofreció a los miembros de las familias más tiempo para descansar y realizar otras actividades.
Para entender mejor la viabilidad de los robots de ordeño para lecherías grandes en California, Bruno – junto con Fernanda Ferreira, ex profesora de la Facultad de Veterinaria de UC Davis y Marcia Endres, investigadora de la Universidad de Minnesota y otros colaboradores – iniciaron el proyecto en el 2020 para evaluar los riesgos y oportunidades de los sistemas automatizados.
“La información es extremadamente útil para que los productores de California hagan decisiones informadas sobre la implementación de un AMS en sus instalaciones”, dijo Denise Mullinax, directora ejecutiva de la Fundación para la Investigación Lechera de California, la cual apoyó el esfuerzo a través de un subsidio. “El cuidado de las vacas, los requerimientos laborales y los cuidados claves para los productores son temas importantes para los productores y la CDRF se complace en apoyar este proyecto, el cual les ayuda a entender porque un AMS puede impactar esas áreas de sus instalaciones”.
Ganadero lechero: ‘Necesitábamos hacer algunos cambios'
El proyecto produjo un reporte que analiza la investigación existente sobre los sistemas automatizados, los cuales han sido más ampliamente usados en el medio oeste, donde existen más lecherías a pequeña escala administradas por familias. De acuerdo con Bruno, en el 2020, solo existían 14 robots en California. Hoy en día existen alrededor de 200 en todo el estado – y tanto Bruno como Reid citaron retos laborales como la principal razón para el incremento en el uso de sistemas automatizados.
“California sufre de problemas de calidad y cantidad de mano de obra”, indicó Bruno. “Al traer los robots a California, puedes minimizar eso problemas”.
Uno de los factores son los altos costos de contratar y retener a los empleados, causados en parte por las nuevas leyes laborales. Aunado a ello existen la fiabilidad y disponibilidad de la mano de obra, pues muy pocas personas están dispuestas a realizar el trabajo físico y demandante de ordeñar vacas de manera convencional.
“Las personas simplemente no quieren ordenar en un granero llano [la instalación convencional donde los empleados trabajan al mismo nivel de la vaca] –involucra mucho estar de rodillas, en cuclillas, ese tipo de cosas – es bastante duro para el cuerpo”, explicó Reid.
Reid mencionó que entre la escasez de mano de obra y las crecientes cargas reglamentarias, la lechería Fred Rau tuvo que dar el salto a los sistemas automatizados para mantener funcionando la producción lechera que cumple 80 años.
“Necesitábamos hacer algunos cambios o íbamos a tener que salir del negocio de las lecherías”, menciono Reid.
En una encuesta entre las lecherías grandes que usan el AMS en los Estados Unidos, realizada por Bruno y sus colegas, una mayoría de los 29 participantes reportaron reducciones en los costos de mano de obra – pero los resultados de la encuesta no ofrecen una imagen definitiva sobre si los AMS mejoraron la rentabilidad neta.
Vacas más calmadas y saludables
A pesar de todo, la mayoría de los encuestados dijeron que estaban en general felices de su transición a los sistemas automatizados.
“Cumplió totalmente con nuestras expectativas y la salud de las vacas ha mejorado grandemente, también”, expresó Reid.
En un sistema típico convencional donde las vacas se encuentran afuera en “corrales abiertos” los empleados de la lechería deben engatusarlas para que entren a área de ordeño. Pero en un en establo con “puestos libres” donde las vacas pueden ir voluntariamente al ordeño por robots cuando quieren y tan seguido como quieren, los animales se sienten menos estresados.
“Cuando piensas en el manejo de vacas, si cuentas con robots, no tienes a nadie empujándolas y gritándoles para que vayan al área de ordeño”, explicó Bruno. “Se tiene menos interacción entre las vacas y las personas y están más calmadas; hay menos estrés”.
Un 90 por ciento de los participantes de las lecherías grandes donde se usan los robots de ordeño dijeron que sus vacas se mostraban más calmadas. Reid también hizo notar que muchas personas han notado lo calmado que sus vacas están en los puestos de ordeño.
“No se muestran asustadizas, puedes entrar y no corren”, manifestó Reid. “Solo te ven o hasta se acercan y empiezan a lamerte la chamarra o camisa”.
Bruno también dijo que muchas de las lecherías grandes reportaron menos casos de mastitis y otras enfermedades, menos cojeras y mejor producción de leche. Pero la experta agregó que es difícil saber si los beneficios pueden ser atribuidos a los robots y su tecnología de supervisión en tiempo real – o a cambios en el ambiente físico (el ahorro de energía de las vacas en el ambiente de puestos libres, en contraste con el sistema de corrales abiertos que requiere caminar al área de ordeño).
Los productores de leche buscan el asesoramiento sobre una potencial transición
Menos traslados de los bovinos del exterior al interior fue una bendición para la lechería Fred Rau durante el inusual húmedo invierno del año pasado.
“Aun cuando sean un par de semanas de lluvia, ese lodo y estiércol y todo lo demás– se hace lo que se puede, pero Dios mío – es un desastre”, manifestó Reid, señalando que el fácil mantenimiento de las instalaciones durante el clima extremo fue otro de los beneficios de haber cambiado al sistema automatizado dentro de los establos de ordeño libre.
Reid compartió muchas de sus experiencias con los asistentes al recorrido de campo de AMS en octubre del 2022, organizado por Bruno, Ferreira y sus colaboradores. Aproximadamente 60 productores, investigadores, representantes de la industria y asesores visitaron las lecherías Fred Rau y Jones en el condado de Merced.
Si una lechería está considerando implementar el sistema automatizado, Reid les recomienda que investiguen sus opciones, visiten las lecherías que usan ya los sistemas y verifiquen quiénes son en sus áreas los que ofrecen el servicio y apoyo técnico.
También existen consideraciones cruciales sobre la mano de obra, ya que los trabajadores deben aprender una buena cantidad de nuevas habilidades y procesos. En lugar de pasar el tiempo buscando a las vacas, preparándolas y ordeñándolas en el establo, los trabajadores podrían necesitar obtener e interpretar información de los robots. Como lo plantea Reid, las personas que trabajan con las vacas, se convierten en personas que trabajan con computadoras.
“Tienes a un grupo de personas que han estado contigo por largo tiempo y esperas que puedan hace la transición a la nueva tecnología de lo que estás haciendo”, dijo Reid.
Durante esta transición tecnológica y en la miríada de otros retos a los que se enfrentan otros operadores, Reid indicó que está agradecida por la experiencia y capacidad de respuesta de Bruno.
“Si hay algo que necesito, ella ha sido muy buena tratando de ayudar – o en ponerme en contacto con la gente correcta”, expresó Reid. “Me gusta trabajar con ella”.
El equipo del Proyecto AMS también incluye al profesor Fabio Lima, de la Facultad de Veterinaria de UC Davis, a la investigadora de postdoctorado, Thaisa Marques y a la ex investigadora de postdoctorado, Camila Lage.
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés. Editado para su publicación por Diana Cervantes
La tierra se beneficia mejor del cultivo de trigo anual sin labranza
Una razón más para adoptar cultivos sustentables
Los productores de trigo de California podrían mantener el nivel de sus producciones y mejorar la salud de la tierra al mismo tiempo, si cultivan el trigo de temporada anual que no les requiere labrar la tierra año con año.
Un nuevo estudio realizado por un equipo encabezado por Mark Lundy, especialista de Extensión Cooperativa de la Universidad de California en el Departamento de Ciencias de las Plantas de UC Davis, ofrece una nueva perspectiva sobre discusiones que se han llevado a cabo desde hace décadas sobre la conservación de la tierra, la agricultura sustentable y las emisiones del calentamiento climático relacionadas con el cultivo de nuestros alimentos. Por primera vez, los investigadores han demostrado que, comparado con el pasto de trigo perenne, el trigo anual que no requiere de labranza cada año almacena mejor el carbono en la tierra y que su producción es mayor en el centro de California. El estudio se publicó en el diario Soil and Tillage Research.
Esto podría representar una motivación más para que los granjeros adopten una práctica sustentable comúnmente llamada labranza de conservación o cultivos que requieran de un suelo con poca o nada de labranza, impactando la forma en la que cultivamos un grano que aporta aproximadamente un 20 por ciento de las calorías y proteínas de la población de todo el mundo.
Estudios previos han analizado el trigo anual cultivado en tierras que se labran anualmente, que no se labran anualmente y especies similares como el pasto de trigo perenne intermedio (con la marca registrada Kernza), sin labranza. Pero hasta ahora, nadie había analizado todas las ventajas y desventajas juntos. Pero lo más importante es que “nadie nunca ha llevado un control de la labranza”, señaló Lundy. “Y, nadie ha comparado durante múltiples años el trigo anual con el pasto de trigo perenne intermedio en un clima mediterráneo, con el cual contamos en California”.
Este estudio también es único porque profundiza en la pregunta importante sobre qué pasa en la tierra para que se produzcan resultados diferentes sobre el carbono. El carbono de la tierra refleja varios procesos vinculados a la actividad vegetal y la salud de la tierra. Medir las diferentes formas del carbono de tierra puede también mostrar si con el tiempo, un sistema agrícola acumula carbono en la tierra – una ventaja que permite reducir los gases por el calentamiento climático en la atmosfera.
“Medir el carbono en la tierra es algo complejo y matizado”, dijo Kalyn Taylor, el principal autor del reporte. “Iniciamos este experimento porque queríamos saber si la actividad vegetal y la labranza o la ausencia de labranza afectan la historia del carbono bajo tierra en el clima de California”.
“Cuando empezamos este estudio, pensamos que el cultivo al ser perenne o anual produciría diferencias en el almacenamiento de carbono”, agregó Lundy. Específicamente, esperaban que el pasto de trigo perenne produjera más carbono en el suelo debido a su sistema de raíces más profundo y mejor establecido. “Pero eso no es lo que encontramos”, continuó el experto. “Lo que descubrimos fue que era la falta de labranza, más el nivel de productividad del trigo anual común, lo que hizo la diferencia en el carbono de la tierra aquí en California”.
El carbono de la tierra en granos anuales versus perennes
En el 2017, Lundy, Taylor, quien en ese entonces era estudiante de postgrado, Kate Scow, profesora emérita de UC Davis y otros integrantes del equipo empezaron a medir diferentes formas de carbono en la tierra en parcelas de prueba en el rancho Russell, ubicado al oeste del campus. Las parcelas fueron plantadas con trigo anual cultivado en tierras que eran labradas cada primavera, con trigo anual sin labranza y con pasto de trigo perenne intermedio (Kernza) que tampoco era labrado.
Los investigadores midieron el carbono presente en la tierra anualmente, la cantidad de organismos en la tierra (los cuales tenían carbono en sus cuerpos) y la cantidad del material creado por las plantas.
Al final de tres temporadas de cultivos, encontraron que, de los tres tratamientos, la parcela plantada con trigo común sin labranza tenía la cantidad más grande de organismos de la tierra, medidos como biomasa.
Los investigadores también concluyeron que el carbón de la tierra tiene mayores posibilidades de mantenerse estable en las parcelas que no son labradas, comparadas con el trigo y el pasto de trigo con labranza.
Además, el trigo anual sin labranza produjo material vegetal con mayor consistencia que el pasto de trigo perenne durante los tres años, los cuales registraron una variación en las precipitaciones.
“En general, el trigo anual que se cultiva sin alterar la tierra o con labranza tienen ambos una producción más alta y mayor potencial para almacenar carbono en la capa superior de la tierra que el pasto de trigo perenne en nuestro clima mediterráneo”, menciono Lundy.
Investigación relacionada
El reporte “El trigo anual sin labranza incrementa la productividad vegetal, la biomasa microbiana de la tierra y la estabilización del carbono de la tierra relativa al pasto de trigo intermedio en un clima mediterráneo”, se encuentra en línea ahora y será publicado en la edición del enero del 2024 del Soil and Tillage Research.
El equipo tambien descubrió que el trigo anual con labranza en comparación con el Kernza, almacena cantidades de carbono en diferentes profundidades del suelo y alberga distintas comunidades fúngicas del suelo, principalmente en la zona de las raíces y la capa superior de la tierra: Taylor, K., Samaddar, S., Schmidt, R., Lundy, M. y Scow, K., 2023. Almacenamiento del carbono de la tierra y las respuestas compositivas de las comunidades fúngicas de la tierra en el grano perenne IWG versus el trigo anual. Soil Biology and Biochemistry, p.109111.
El trabajo que se realizó previamente para comparar el grano perenne conocido como pasto de trigo intermedio (de la marca registrada Kernza) con el trigo anual no había identificado el grado en el que los beneficios para la salud de la tierra son una función de la naturaleza perenne del cultivo. Lea la historia aquí.
Esta historia fue originalmente publicada en el sitio UC Davis News.
Adaptado al español por Leticia Irigoyen del artículo en inglés. Editado para su publicación por Diana Cervantes
La herramienta gratuita CalAgroClimate ayuda a los agricultores a proteger sus cultivos de las heladas y el calor extremo
Mediante el uso de CalAgroClimate los agricultores de California pueden ver cómo las condiciones climáticas que pueden afectar a la agricultura están cambiando en sus regiones y de esta forma realizar cambios estratégicos. Se han añadido nueve nuevos indicadores climáticos de importancia agrícola a la herramienta de apoyo a la toma de decisiones creada por científicos de Extensión Cooperativa de la UC y del Departamento de Agricultura de EE. UU.
Estas nuevas herramientas utilizan un conjunto de datos climáticos de alta resolución llamado PRISM para proporcionar tendencias a largo plazo de indicadores agroclimáticos desde 1980 hasta el año pasado, específicos de cada lugar o agregados por condado. Estos nuevos indicadores agroclimáticos incluyen los días de heladas, la última helada de primavera, la primera helada de otoño, la estación sin heladas, las noches tropicales, los días calurosos, los días de calor extremo, las olas de calor y la amplitud térmica diurna (véanse las definiciones más abajo). Estos indicadores proceden de un estudio publicado en la revista Agronomy.
"Por ejemplo, si usted está planeando invertir en un cultivo sensible a las heladas en su región, estos indicadores pueden proporcionar información valiosa sobre si el riesgo de heladas ha cambiado con el tiempo y si es menos arriesgado hacer esa inversión", dijo. "Las uvas de vino, por ejemplo, son muy sensibles a las heladas. Aunque no todas las heladas son perjudiciales, comprender las tendencias a largo plazo de las heladas puede ayudar a tomar decisiones estratégicas a largo plazo, como la de invertir o no en protecciones contra las heladas”.
Otro conjunto de nuevos indicadores agroclimáticos, en CalAgroClimate -Noches tropicales, Días calurosos, Días de calor extremo, Olas de calor y Rango de temperatura diurna- se basan en temperaturas máximas y mínimas más elevadas. Noches tropicales, por ejemplo, calcula el número total de noches en las que las temperaturas nocturnas superan los 68 F. Las noches tropicales más frecuentes pueden aumentar las tasas de respiración de los cultivos y ser perjudiciales para la calidad y cantidad de la fruta, aumentar el riesgo de daños por patógenos y afectar potencialmente al cuajado y rendimiento de la fruta.
Conocer la evolución de las tendencias a lo largo del tiempo puede ayudar a los agricultores a gestionar sus cultivos para reducir los riesgos. Del mismo modo, los agricultores pueden consultar fácilmente las tendencias relacionadas con el calor -días calurosos, calor extremo y olas de calor- en CalAgroClimate para evaluar sus opciones sobre lo que deben hacer para adaptarse. A corto plazo, los agricultores pueden poner sombra o, a largo plazo, elegir variedades más tolerantes al calor.
"En un trabajo publicado recientemente, uno de los agricultores del Valle Central nos dijo: 'Cuando realmente ves tanta diferencia en poco tiempo en tu área ... tendríamos que mirar eso y decir, bueno, vamos a tener que adaptar las variedades porque esta es una siembra de 20 o 25 años y vamos a tener que encontrar cultivos o variedades que se adapten a eso'", dijo Pathak.
Otro agricultor nos dijo: "Sabiendo lo que va a pasar o al menos teniendo una buena idea, si sabes que algo se va a convertir o no va a ser viable, entonces obviamente vas a tratar de eliminarlo gradualmente, e introducir algo que sea más adecuado".
Pathak añadió: "Los nuevos indicadores agroclimáticos de CalAgroClimate ofrecen una visión realista de cómo están cambiando las condiciones a corto y largo plazo, lo que significa para los agricultores y les ayudan a decidir qué deben hacer para adaptarse. Estas herramientas beneficiarán enormemente a los agricultores y a la clientela agrícola a la hora de evaluar los riesgos y tomar decisiones con conocimiento de causa".
Otros colaboradores son Steven Ostoja y Lauren Parker, del Centro Climático de California del Departamento de Agricultura de Estados Unidos, Prakash Kumar Jha, de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California, y Robert Johnson y Shane Feirer, de Informática y Sistemas de Información Geográfica de Agricultura y Recursos Naturales de la Universidad de California.
Definiciones de los indicadores agroclimáticos:
Días de helada son los días del año en que la temperatura mínima es inferior o igual a 32F.
Última helada de primavera es el día más tardío de la primavera en que la temperatura mínima es inferior o igual a 32F.
Primera helada de otoño es el primer día de otoño en que la temperatura mínima es igual o inferior a 32°F.
Temporada sin heladas es el tiempo transcurrido entre la última helada de primavera y la primera helada de otoño, representado por el número de días consecutivos en un año sin temperaturas bajo cero.
Noches tropicales: número de noches en las que las temperaturas superan los 68 ºF.
Días calurosos son los días al año con temperaturas máximas superiores a 100 °F.
Los días de calor extremo son el número de días al año con temperaturas máximas superiores al percentil 98 de la temperatura máxima histórica de verano para la localidad seleccionada.
Las olas de calor son eventos que se producen cuando el calor extremo dura al menos tres días consecutivos.
La amplitud térmica diurna es la diferencia entre las temperaturas máximas y mínimas diarias.
Adaptado al español por Diana Cervantes del artículo en inglés.